viernes, 17 de septiembre de 2010

Mañana, siempre mañana.

Voy a encender la teletonta a ver si me venden un idiotizador para el pelo.
Voy a devorar un helado de salsa rosa, voy a embadurnarme todo el cuerpo de su pringue.
Voy saltar al árbol del jardín y me pegaré a él hasta convertirme en corteza dura.
Voy a navegar en un GPS hacia una ruta indefinida.
Voy a ser todos los personajes de las películas que he dirigido y al despertar tendré mil pieles diferentes.
Mañana no haré lo que tenía que hacer. Sólo un trozo de la pizza que había pedido. El resto me lo comeré improvisando y escribiré sin sentido hasta desfallecer.
Voy a escuchar esa canción hasta la saciedad. Hasta caer rendida de cansancio. Cuando mi oído izquierdo ya no sienta el eco del mar, cuando ya no resuene el ruido de mis pensamientos. Cuando olvide que las palabras que digo vuelven a sonar en mi cabeza, entonces se habrá curado. Ya no supurará peces y conchas del Mediterraneo.
Voy a romper la rutina del desastre. Seré de la manera que siempre prometo ser. Mañana, cuando me levante. Mañana cuando amanezca. Mañana...

1 comentario:

  1. ... es ya hoy.
    ¿Dónde estás? ¿Dónde te has ido esta vez, pirata?
    Dejas tras de ti un reguero de palabras mágicas que fingen no quererte.
    Que te acarician los párpados anhelando un sueño mudo donde explotas en mil pedazos.
    ¿Dónde estás?
    No te creas eso. En el fondo sabes que ya nunca serás como prometiste.

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